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lunes, julio 14, 2008

Tom Waits: La majestuosidad de un auténtico narrador de historias



Este fin de semana tocaba irse de viaje a San Sebastian para ver a Tom Waits.

Mucho se ha hablado estos últimos días de la visita de Tom a España. Esta era la primera vez que pisaba tierras españolas y su leyenda ha llenado multitud de páginas de periódicos y revistas musicales.

Su pasado profundo, lleno de detalles y contrastes, de frases encubiertas; y su imagen, tan personal y alejada del estereotipo, le convierten en icono para muchos y hacen de sus actuaciones un altar para su desgarradora presencia.

El Kursaal de San Sebastian sirvió de marco incomparable para su concierto. 1800 personas disfrutaron entregadas de 2 horas de emoción, de cruda y amarga sensibilidad, de movimientos utópicos y atípicos, de cientos de detalles y guiños al respetable...



Y esa voz, !! cómo olvidarla !!, un torrente cruel, oscuro, de piratas y corsarios, de lúgubres burdeles, de sabios consejos. Poderosa arma utiliza Tom para cautivar las almas de los congregados.

Y en este ambiente, Tom habló a su público, rió con él, jugó con él, se convirtió en el mago que con chistera y papel de colores supo deslumbrar, sorprender e hipnotizar. Tom necesita este contacto, este aplauso atronador que insistentemente pedía y que era capaz de aumentar y disminuír a voluntad.

Y con él, sus canciones dejan de serlo; son cuentos, historias puras y errantes elaboradas por la mente de este prestidigitador del son y la palabra, de sus experiencias que se transmiten con gestos rudos, crueles, esenciales.

Emocionante puesta en escena y delirio en cada mueca. Ensordecedor el aplauso y la gratitud de todos ante una imagen forjada por los años y que se muestra pura y enérgicamente única.

Su mano se ofreció a muchos al acabar de interpretar su último tema... su forma de dar las gracias... y de quizás decir un 'hasta pronto'.

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